Por Ricarda Morán Merino

viernes, 10 de diciembre de 2010

"Fiestas populares arroyanas de antaño"

“Ya vienen los carnavales, la venta de la mujeres,
la que no le salga novio, que espere al año que viene”

Los Carnavales empiezan el día 17 de enero, día de San Antón. Este día íbamos a misa a las doce de la mañana. La ermitaña se colocaba en la puerta de la iglesia con el cesto para recoger las morcillas, el morcón y la vejiga que la gente del pueblo le llevaba al Santo para que al año siguiente tuviese buena matanza. Terminada la misa, en la calle hacíamos corros y se bailaba el pandero. Por la tarde se iba al baile o a la carretera. Primero, el baile se hacía en el Solano o en el Moyano y más tarde en el baile del Bonito. Las mozas iban vestidas de malpartideñas con las enaguas caseras y los pañuelos de mantas: de rosas y del pino.
El día 19 por la noche, víspera de San Sebastián, se hacían iluminarias en todas las calles del pueblo y el día 20 por la mañana se iba a misa a la parroquia de San Sebastián, una vez acabada la misa le cantábamos al Santo en la iglesia. Más tarde salíamos a la calle, hacíamos corros y se bailaba el pandero; también hacían muñecos grandes de trapo y los sentaban en las puertas de las casas de la corredera; y por la tarde, íbamos al baile y a la carretera. Se hacían máscaras y se lucían las mismas ropas que habían llevado en San Antón.
Ya vienen Las Candelas. El día 2 de febrero a las 11 de la mañana se hacía la procesión de las velas y seguidamente se celebraba la misa en la parroquia de Ntra. Sra. De la Asunción, soltaban las palomas en la iglesia, era muy bonito y divertido. Acabada la misa se hacían corros y se bailaba el pandero. Estábamos un ratito en la plaza hasta la hora de comer, se comían las coles, el buche, el escabeche y las puchas. A las 4 de la tarde se salía a dar vueltas a la plaza y nos sentábamos en el atrio, hacíamos corros y se bailaba y cantaba el pandero por toda la plaza. En la puerta del ayuntamiento se hacían las estudiantinas y máscaras, las mozas todas vestidas de refajo, pañuelos de manila y otras clases de pañuelos. Las mujeres mayores llevaban sillas y se sentaban al sol en la acera desde la casa de cultura hasta el banco Hispano; también iban de paseo hasta el alto de la carretera, las madres con los niños que se sentaban en las peñas. Cuando se ponía el sol se recogían a cenar para ir al baile un rato por la noche. Al baile iban las madres a “guardar” a sus hijas o también podía ir la abuela o alguna vecina; si el mozo que la quería era gusto de las madres, esta no tenía prisa, pero si el novio no era de su agrado decía: ¡a la cama! ¡a la cama! ¡que es hora de recoger!, le daban caramelos y cacahuetes a las mujeres mayores para que se esperaran un poquito más. El baile se hacía en el casino de los señores, en le Moyano, en el teatro Solano y en la cooperativa. El domingo gordo se celebraba la misma fiesta, igualmente el lunes y el martes de carnaval. El miércoles de ceniza era el entierro de la sardina, hacían una sardina grande de madera, los mozos se ponían las enaguas blancas de las madres por arriba, pareciendo monaguillos y el que hacía de cura llevaba un cubo de agua para mojar a las mozas diciendo que eran “meaos”. Durante los carnavales se cantaba el pandero en las esquinas, las tenerías, y la calle del pozo…¡que bonito era escuchar en el silencio de la noche a los mozos y mozas en las esquinas!
Ya viene la Cuaresma. Íbamos a la novena, dábamos dos vueltas a la corredera y enseguida a casa con ganas de ver a los novios. En la cuaresma íbamos a pasear a la carretera ya que no seiba al baile hasta el Domingo de Pascuas. Este domingo se iba a la procesión a la siete de la mañana, era la procesión del aleluya, en ella se encontraba la Virgen con el Niño Jesús, en la plaza, en las inmediaciones del antiguo y añorado Bar Bañegil  este día estaban en la plaza los pastores con sus borregos para venderlos y comerlos el Día de la Luz y los carniceros para vender la carne y las morcillas frescas.
El jueves se empezaba el novenario en la Ermita de la Virgen de la Luz. Se iba hasta allí andando, los nueve días de la novena. El domingo era la romería. Se iba a la luz andando, en burro, a caballo o con los carros. Los niños iban metidos en las aguaderas junto con la comida; en la romería toda la gente se sentaba en el suelo y ya por la noche se iba un ratito al baile, pero eso ya en el pueblo.
El día 3 de mayo se hacían las Cruces de Mayo en las casa y en la calle.
El 9 de mayo era la fiesta de San Gregorio, patrón del pueblo. Este día entraban y salían los temporeros.
El día 24 de junio, día de San Juan Bautista, hacían los san juanes en las casa, eran parecidas a las cruces de mayo. Las mozas se vestían con las enaguas coloradas y los pañuelos blancos de San Juan.
El jueves se celebraba el Día de la Ascensión y posteriormente al otro jueves era el día del Señor, el Corpus Christi.
El día 25 de julio se celebraba el Día de Santiago, había baile por la noche y ya no había fiesta alguna hasta el 15 de agosto.
Ya viene la Feria de septiembre: 12, 13, 14, y 15 eran los días de la feria. Por la mañana se celebraba el rodeo; venía gente de los pueblos de los alrededores a vender y comprar ganado, también venían muchos gitanos y gitanas. Por la tarde, la fiesta era en la plaza. Venían los caballitos, las barcas, las planchadoras, las tómbolas, el tren de la muerte, las voladoras, los puestos de turrón, los puestos de muñecos, la venta de campanillos para los pastores; el señor Regino guardicionero que vendía jáquimas, albardilla, aparejos y cabestros; el retratista, el mantero, el tintorero que vendía escabeche de sardinas y pardillas; Victoriano el cantaor con su carro de caramelos y su rifa, el pincerelo con su cajón de barquillos, la señora Martina con su puesto de golosinas, María y Ángela con los altramuces. Y Madriles que vendía castañas en invierno y helados en verano. Por la mañana los carniceros colocaban sus mesas con carnes y morcillas; las hortelanas se ponían en dos filas delante de los carniceros en los portales, llevaban toda clase de verduras que daba de sí la huerta, garbanzos cocidos eran uno de sus productos, el Tío Tarreo que vendía leche, la señora Gregoria y Catalina la “sosa” vendían cacharros de barro, cántaros, barriles, pucheros y demás. Después de tres o cuatro días de toros acaba la feria con fuegos artificiales y baile en la plaza. Antiguamente se casaba la gente durante la feria, había días que se celebraban diez y doce bodas, casándose por la mañana y de madrugada. En las bodas comían coquillos, roscas fritas, altramuces y se bebía vino y aguardiente. Las festejaban en las casas. Después de la guerra se empezaron a festejar en el teatro Solano.
En el pueblo todas las mañanas salía el pregonero apodado Enrea que echaba los bandos. También salía el porquero tocando la trompeta para recoger los cochinos que le daban larga por la calle; el sartenero arreglaba las sartenes al compás que las tocaba y bailaba, los “Irene” con cestas grandes de sardinas recorrían todo el pueblo, diciendo: ¡sardinas frescas! ¡y vivitas que van coleando!, y María vendiendo tortas de la Luz, diciendo ¡tortas de la luz a perra chica y a perra gorda calentitas que van ahora!.